Con motivo del 90 cumpleaños de Hermann Pfeifer: en memoria de un extraordinario empresario y ciudadano de Memmingen
A la edad de 22 años siguió los pasos de su padre
Su hijo Hermann tenía entonces solo 22 años y no pudo ponerse al mando del negocio en ese momento. Aún no había superado el examen de maestría tras su formación en la escuela textil de Sorau debido a la insuficiente experiencia práctica como oficial. Necesitaba un permiso especial para poder obtener su título de maestría en el plazo de solo un año, algo que logró con distinción. Fue así como, a partir de 1951, pudo continuar con la empresa bajo su propio nombre.
Creativo, inspirado y dinámico
«Sin lugar a dudas, mi padre pude ser considerado uno de los cordeleros alemanes más creativos, inspirados y dinámicos de su época. Fue prácticamente uno de los únicos que logró, por un lado, brindar al emergente mercado de los cables de acero una gama de cables completa y de alta calidad, además de todos los tipos de terminales disponibles y, por otro lado, la comercialización de una gama rápidamente creciente de accesorios de eslingado, equipos de elevación y medios de elevación, resume Gerhard Pfeifer, actual director ejecutivo, que se hizo cargo de la empresa familiar de su padre en la duodécima generación.
Crecimiento estratégico
Ya en la época de Hermann Pfeifer, la empresa PFEIFER Seil- und Hebetechnik, con sus diez sucursales en Alemania, era una de las más importantes en el sector de los cables y las eslingas en Alemania y Europa. Además de la adquisición de varias empresas locales, así como de importantes empresas regionales, cordeleras y de sectores similares en Alemania, el paso más importante del empresario Hermann Pfeifer desde el punto de vista estratégico fue la adquisición de la empresa de fabricación de cables Gustav Kocks GmbH (Drako) de Mülheim an der Ruhr.
Bases para la internacionalización del grupo empresarial
Con la adquisición de Drako y sus filiales, PFEIFER adquirió, por una parte, las primeras grandes empresas comercializadoras en el extranjero. Por otra parte, Drako, como líder técnico alemán en la fabricación de cables para ascensores, permitió a Hermann Pfeifer ampliar el valor agregado de la empresa y, al mismo tiempo, sentar las bases para la internacionalización del actual grupo empresarial.
Pionero del Festival Wallenstein
Pero Hermann Pfeifer no solo fue un extraordinario empresario, además se implicó en una gran variedad de actividades sociales y culturales. Fue un atleta polifacético, miembro del concejo parroquial, miembro del sínodo de la iglesia evangélica de Baviera, juez lego, juez comercial, concejal municipal, así como poeta local y dialectal, y en varias etapas de su vida asumió la responsabilidad directiva en varias asociaciones de su ciudad natal, Memmingen. A esta le regaló, como co-iniciador, Spiritus Rector, motor y cabeza organizativa, el festival Wallenstein, que hoy por hoy es famoso mucho más allá de las fronteras de la ciudad. Su compromiso social multifacético fue honrado con un gran número de distinciones y reconocimientos. Entre ellos el escudo de la ciudad de Memmingen, la Cruz del Mérito de la República Federal de Alemania y la Orden del Mérito de Baviera.
Padre de familia y ciudadano responsable
Más allá de su compromiso social y empresarial, formó una familia junto a Sieglinde Elger, con quien tuvo cinco hijos. «Su esposa, mi madre y la jefa sénior actual, no solo fue una compañera leal para él durante todos los años de su multifacética labor, sino también una referencia de estabilidad y fuerza de apoyo gracias a su fuerte carácter, un alto nivel de interés y su espíritu sincero, incluso en los momentos difíciles de su vida», recuerda Gerhard Pfeifer. «Con motivo de su 90 cumpleaños, deseo recordar a mi padre Hermann Pfeifer como un extraordinario empresario, un espíritu creativo y un ciudadano implicado y al mismo tiempo responsable de su ciudad natal, Memmingen».